Manchester City nuevo supercampeón de Europa 2023
El Sevilla se quedó sin su segunda Supercopa de Europa tras perder en los penaltis ante el Manchester City, actual campeón de la Champions League. El partido acabó empatado a 1 después de la prórroga, y el City ganó en los penaltis por 5-4.
El Sevilla salió con un plan definido desde el principio, presión alta para pillar por sorpresa al mejor equipo del planeta en este inicio de temporada, y funcionó. Desde los primeros minutos los hispalenses consiguieron asfixiar la salida de balón del los citizen, pero sin ocasiones certeras para conseguir un impacto tempranero.
Al conjunto de Pep le costó unos minutos desperezarse, pero pronto enseñaría su colmillo con varios avisos bien repelidos por la zaga y Bono. Un remate de Aké a bocajarro (8′) y un tiro con rosca desde la frontal de Grealish (16′) fueron los primeros avisos de peligro de un City que poco a poco monopolizó el balón.
El City controlaba y manejaba el partido a su antojo, pero le faltaba una punta de velocidad a los desplazamientos para superar a la compacta defensa del Sevilla. Solo Navas era capaz de neutralizar a Grealish y a Haaland con sus transiciones entre la banda y los apoyos a los centrales, el veterano – también exjugador del City- fue uno de los mejores del partido.
Las tornas cambiaron tras la pausa e hidratación, fundamental para un conjunto hispalense exhausto tras el esfuerzo de la presión alta de los primeros minutos. Fue entonces cuando, en una contra rápida, En-Nesyri pegó un picotazo letal para adelantar a los sevillistas. El centro lateral fue de Acuña, y el remate magistral a la base del palo de un delantero capaz de parar el tiempo en el aire. El balón entró de malas maneras, sin saludar a Ederson, que se quedó congelado y ya solo la vio cuando estaba dentro.
El gol (26′), lejos de hundir a los de Guardiola, les instó a dar un paso adelante, y hasta el descanso el duelo se convirtió en un infierno para el combinado español. Los de Mendilibar ejecutaron una defensa perfecta, y solo eso evitó el merecido empate del City antes del descanso.
La charla técnica permitió coger aire a los sevillistas para una reanudación de mucho mejor fútbol que el arranque del duelo. El Sevilla volvió a salir en tromba a la presión, y el City, atrapado en sus propias salidas, asistió a un recital de ocasiones de los sevillistas.
Hasta cuatro muy claras tuvo En-Nesyri para sentenciar el duelo. Una desperdició con un mal desmarque, otra con un tiro directo a la valla y otras dos fueron manos a manos en los que se impuso Ederson con mucha autoridad. El marroquí perdonó, y como manda la ley del fútbol, el Sevilla acabaría pagándolo.
El City estaba hundido y expuesto a las contras perfectas del Sevilla, todas hilvanadas por un magistral Óliver Torres, pero entonces llegaría el gol. Un centro desesperado de Rodri ante la falta de movilidad de sus compañeros fue rematado por Palmer en el área pequeñ. Imposible para Bono, mero espectador del empate logrado por el pequeño y prometedor canterano del conjunto de Mánchester.
El empate hundió al Sevilla, que entonces se limitó a ejecutar un ejercicio perfecto de defensa. Cumplió en esa tarea ante el empuje desmedido del City, y ya solo quedaba la lotería de los penaltis (que pillaron desprevenidos a varios que esperaban la prórroga ya eliminada por la UEFA de este torneo).
En los penaltis, el Sevilla falló su quinto lanzamiento, obra de Gudelj, y el City marcó los cinco que lanzó. El City ganó 5-4 en los penaltis y se proclamó campeón de la Supercopa de Europa.
El Sevilla se quedó sin su segunda Supercopa de Europa, pero pudo competir con el mejor equipo del mundo y estuvo cerca de ganar. El equipo de Mendilibar hizo un buen partido y mostró su carácter competitivo. El City fue un justo ganador, pero el Sevilla puede estar orgulloso de su actuación.