Luis Ortiz comparece ante tribunal por escándalo de apuestas
El mundo del béisbol profesional se encuentra en el ojo del huracán. Luis Ortiz, lanzador estelar de los Guardianes de Cleveland, compareció el lunes ante un tribunal federal de Boston. Las autoridades lo acusan, junto a su compañero de equipo Emmanuel Clase, de un grave delito: aceptar sobornos a cambio de ayudar a cómplices en la República Dominicana a ganar grandes sumas de dinero apostando sobre sus propios lanzamientos.
La comparecencia y las condiciones de liberación
El juez federal Donald Cabell dictaminó la libertad para Ortiz, pero bajo estrictas condiciones. El jugador debe entregar su pasaporte, lo que limita significativamente su movimiento, y solo podrá viajar por la región noreste de Estados Unidos. Además, Ortiz tuvo que depositar una fianza de 500.000 dólares, de los cuales $50.000 están asegurados. El tribunal también le prohibió contactar a cualquier persona que pueda ser considerada víctima, testigo o coacusado en este sonado caso.
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Vestido con ropa deportiva verde claro, Ortiz mantuvo el silencio durante la breve audiencia. Sus abogados rechazaron hacer comentarios a los periodistas una vez finalizado el proceso.
Las Grandes Ligas reaccionan
El escándalo provocó una respuesta casi inmediata de la Major League Baseball (MLB). Poco después de la audiencia, la liga anunció que establecerá nuevos límites a las apuestas sobre lanzamientos individuales. A partir de ahora, sus operadores de juegos autorizados solo permitirán apuestas de hasta 200 dólares y las excluirán de las apuestas combinadas.
La trama de sobornos al descubierto
La acusación formal contra los dos lanzadores, desvelada el domingo, revela los detalles de la operación. Ortiz y Clase, quienes disfrutan de altos salarios, supuestamente recibieron varios miles de dólares en pagos. Con esta ayuda, dos apostadores no identificados en su país natal lograron ganar al menos 460.000 dólares. Las apuestas se centraban en la velocidad y el resultado de lanzamientos específicos, incluyendo algunos que, de manera inusual, terminaron en el suelo.
Tanto Clase, quien era el cerrador del equipo, como Ortiz, un abridor, han permanecido en licencia remunerada no disciplinaria desde julio. La MLB inició la investigación en ese momento al detectar una actividad de apuestas inusualmente alta durante los partidos en los que ellos lanzaron, algunos de los cuales ocurrieron entre abril y junio.
Arresto y fuga
El FBI arrestó a Ortiz, de 26 años, el domingo en el aeropuerto internacional Logan de Boston. Por otro lado, Clase, de 27 años, se cree que se encuentra fuera de Estados Unidos, según confirmó un funcionario de la ley que prefiere mantener el anonimato.
El fiscal federal Joseph Nocella Jr. no dudó en cargar contra los jugadores, afirmando que "Ortiz y Clase traicionaron el deporte pasatiempo de Estados Unidos". Nocella enfatizó que la corrupción no solo deshonra a los participantes, sino que también "daña la confianza pública en una institución que es vital y querida para todos nosotros".
La defensa de Ortiz y la colaboración de la liga
Chris Georgalis, abogado de Ortiz, emitió un comunicado defendiendo la inocencia de su cliente. Georgalis aseguró que Ortiz "nunca ha influido indebidamente en un juego, ni lo haría, ni por nadie ni por nada". Además, el abogado señaló que previamente documentaron para los fiscales que los pagos y transferencias de dinero entre Ortiz y personas en República Dominicana correspondían a actividades completamente legales.
La MLB, por su parte, informó que contactó a las autoridades federales tan pronto como detectó la actividad de apuestas extrañas y ha cooperado totalmente con la investigación. "Estamos al tanto de la acusación y del arresto de hoy, y nuestra investigación está en curso", declararon en un comunicado.
Los Guardianes de Cleveland se hicieron eco de esta posición, indicando que "continuaremos cooperando plenamente con las fuerzas del orden y las Grandes Ligas".
Los cargos que enfrentan
Clase y Ortiz ahora enfrentan una serie de graves acusaciones que incluyen:
- Conspiración para cometer fraude electrónico.
- Conspiración para cometer fraude electrónico de servicios honestos.
- Conspiración para lavado de dinero.
- Conspiración para influir en concursos deportivos mediante soborno.
Los cargos más serios conllevan una posible pena de hasta 20 años de prisión.
La acusación detalla un ejemplo claro de la presunta manipulación. Clase supuestamente invitó a un apostador a un partido contra los Medias Rojas de Boston en abril y habló con él por teléfono justo antes de subir al montículo. Cuatro minutos después, el apostador y sus asociados ganaron 11.000 dólares al apostar que Clase lanzaría una bola más lenta de $97.95 \text{ mph } (157.63 \text{ kph})$.
